Huracán
Aunque esta exposición se realizó hace cuatro años (primavera de 2011) en el Museo Textil de Oaxaca, fue una espléndida oportunidad para ver la magnífica colección del MTO de prendas históricas, refinadas, elaboradas, coloridas y preciosas que cubren los hombros y el pecho. Por favor, ¡no los llamen ponchos! El quech-que-mitl (he dividido la palabra nahua en sílabas) es una prenda de vestir única en México y se ha producido durante más de dos mil años. Se cuenta que los quechquemitles se observaron por primera vez históricamente en los frescos de los templos y en la cerámica de las antiguas culturas olmeca y oaxaqueña, y más tarde en los códices.
En la época anterior a la conquista lo llevaban como prenda para cubrir la parte superior del cuerpo las sacerdotisas y mujeres de alta cuna que tenían acceso a los tejidos más suntuosos. Tras la conquista, esta prenda se generalizó en las comunidades indígenas, que la adaptaron, la adornaron con sus símbolos sagrados y la hicieron suya. Aunque actualmente sólo se ve en algunas comunidades del centro de México -nahuas, mazahuas, purépechas, hustecos-, se cree que se usaba en la mayoría de los pueblos del centro de México después de la conquista y antes de que la blusa campesina europea se hiciera común. Fue fomentado por los españoles, para que las mujeres se cubrieran al entrar a las iglesias y se pudiera reconocer su identidad de grupo. Es una de las primeras prendas usadas exclusivamente por las mujeres junto con el enredo (falda envolvente y entubada) del que hablaré en el blog más adelante.
Cómo se dice Mazahua
Los textiles de México tienen una larga historia. La fabricación de fibras, telas y otros productos textiles existe en el país desde al menos el año 1400 a.C. Las fibras utilizadas durante el periodo prehispánico incluían las de las plantas de yuca, palma y maguey, así como el uso del algodón en las cálidas tierras bajas del sur. Tras la conquista del Imperio Azteca, los españoles introdujeron nuevas fibras como la seda y la lana, así como el telar de pedal europeo. Los estilos de vestir también cambiaron radicalmente. El tejido se producía exclusivamente en talleres o en el hogar hasta la época de Porfirio Díaz (de 1880 a 1910), cuando se introdujo la mecanización del tejido, principalmente por parte de los franceses.
Hoy en día, las telas, la ropa y otros textiles se elaboran tanto de forma artesanal como en fábricas. Entre los productos artesanales se encuentran las prendas prehispánicas, como los huipiles y los sarapes, que suelen estar bordados. La ropa, las alfombras y otros artículos se elaboran con fibras naturales y teñidas de forma natural. La mayor parte de la artesanía es producida por los indígenas, cuyas comunidades se concentran en el centro y sur del país, en estados como el Estado de México, Oaxaca y Chiapas. La industria textil sigue siendo importante para la economía de México, aunque ha sufrido un retroceso debido a la competencia de bienes más baratos producidos en países como China, India y Vietnam.
Calzones
El Estado de México produce varios tipos de artículos artesanales. Aunque no está tan bien documentado como el trabajo de otros estados, produce una serie de artículos notables, desde la alfarería de Metepec, la orfebrería del pueblo mazahua y diversos textiles, como serapes y rebozos tejidos a mano y alfombras anudadas. Hay diecisiete tradiciones artesanales reconocidas en el estado, e incluyen tanto las de origen prehispánico como las traídas por los españoles tras la Conquista. A medida que el estado se industrializa y aumenta la competencia de productos más baratos, la producción artesanal ha disminuido. Sin embargo, hay una serie de esfuerzos por parte de los organismos estatales para promover estas tradiciones tanto dentro como fuera de México.
Decoracion y telas mazahua online
Suspendida de una flor, una media luna acoge colgantes de piedras preciosas. Una paloma se posa sobre la media luna en unos pendientes artesanales impregnados de tradición. Los artesanos de la Familia Mazahua trabajan en plata de ley. Durante generaciones, la mayoría de las mujeres mazahuas han llevado pendientes en forma de media luna, ya que son regalos del marido en lugar de un anillo de compromiso.
“Soy Juan Carlos Flores y soy un artesano que crea joyas de plata. Es un arte que comparto con otros miembros de la familia… Dora Magdalena Rodríguez, Osvaldo Rodríguez y Rosario Rodríguez. Todos estamos muy contentos de conservar esta hermosa tradición familiar que comenzó hace tres generaciones.
“No ha sido fácil, porque crear joyas requiere mucha paciencia y dedicación. Ha sido un reto aprender del mercado y encontrar el equilibrio entre los creadores y los clientes, pero hemos tenido la suerte de conocer a personas que nos inspiran a seguir trabajando por el aprecio y el valor que le dan a nuestros diseños. Es muy satisfactorio dar a conocer nuestra cultura a través de nuestro trabajo y, en el proceso, también hemos aprendido a apreciarla aún más.